Pero ellos no pueden.

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Hoy me desperté con problemas existenciales y mientras me bañaba, mi marido me gritaba - (gritando, imitando al marido) - "que donde está su corbata bordeax", los chicos se peleaban gritando - (imitando a lo chicos pelear) -"¡mamá... Gastón me tiró con un camionsito! Pablo me pegó primero, etc.", el agua caliente se cortó de golpe porque -(irónica)- Marta (la señora que me ayuda, o complica más la existencia con sus propios problemas) abrió la canilla de la cocina. Pero como buena mujer poliglota de acciones y pensamientos - (solemne) - YO PENSABA -(pausa) - ¿qué es la vida? ...y es algo que primero nos prestan nuestros padres, la roban nuestros novios, se la guarda nuestro marido, la alquila nuestros hijos y después termina pudriéndose en un cajón de un geriátrico...
- (Todo esto sin pausas, ni comas, apuradito como con falta de tiempo) - Mientras me ponía las medias y la enganchaba con mi uña, la cual no pude limarme ya que no me queda tiempo ni para eso, y siguiendo en mi línea de pensamiento tan profunda decidí que en realidad la vida me había premiado haciéndome mujer, claro, si no hay nada más fácil que la vida de una mujer. Por ejemplo: fuimos bendecidas con el embarazo, -(suspiro)- la dulce espera. Es maravilloso, de golpe un día nos despertamos con asco, nauseabundas, sin ganas siquiera de abrir los ojos porque te mareas, pero tenemos un trabajo o una casa, quizás otros hijos y hay que comenzar el día. Así que en pié... -(bruscamente)- y al suelo, se va la primera, en realidad el primer desmayo, y cómo lo último que podemos imaginarnos es que fuimos bendecidas con la manufactura de ¡¡UN HIJO!!, seguimos andando.
Empezamos a sospechar que algo crece adentro cuando vemos un perro rengo por la calle y lloramos como si hubiéramos perdido un pariente en un terrible accidente. Y lo peor seguimos llorando durante todo el embarazo.
- (Con solemnidad)- Dejamos de fumar, claro cómo hacer fumar a nuestro bebe, - (casi llorando)- pero es bien sabido que quien deja de fumar sustituye su ansiedad con comida y engorda cual porcino, agregando un embarazo de por medio terminaremos pareciendo un sapo, no mejor dicho un escuerzo. - (con ironía)- ¡Pero qué lindo es estar embarazada!
- (Muy seria)- Palabra prohibida mencionar un sencillo dolor de cabeza, si de cualquier manera como solucionarlo si las aspirinas tampoco nos son permitidas. Pero si algo tiene de bueno la dulce espera es que hacemos un tour completo por absolutamente todos los baños de la ciudad de Buenos Aires, que lindo es levantarse en la mitad de la película para una peregrinación al toilette.
-(Entusiasmada)- ¡Qué bueno!, se han de cumplir nuestras fantasías, cuando viajemos en colectivo nos cederán el asiento. -(Desalentada)- Claro que no en los primeros tres meses porque no se nota; obvio en la panza, ya que por lo mal que nos sentimos nos merecemos más que un asiento una cama. - (Demostrando más entusiasmo)- Ahora ya en el segundo trimestre es diferente, - (con resoplos)- tampoco nos dan el asiento porque temen meter la pata si lo nuestro es gordura o un embarazo, por más que nos esforcemos y pongamos las manos en nuestro vientre resaltando que tenemos un tripulante la gente o se hace o es tonta.
Llegando al final del embarazo, el último trimestre, nos volvemos tan voluminosas que llegamos a perder el equilibrio cayéndonos en la calle de narices por que el centro de gravedad de nuestro cuerpo insiste con jugarnos malas pasadas.
Contracciones, ¡¡ja!! Que lindas que son, esas que no son de parto, las otras las que sirven solo para molestar, esas que nos agarran en el supermercado y no nos permite empujar el carrito ni un centímetro más, y en esos inmensos lugares que ni siquiera hay una sillita solidaria. Luego de la gran hazaña llegamos a casa con la mitad de las cosas ya que por razones más que obvias no podemos cargar con todo, y le pedimos al padre de nuestro inquilino intrauterino que por favor nos acompañe la próxima al super, ¿su respuesta cual debería ser? - (con dulzura exagerada)- "No hace falta que vayas en una sola vez podés ir en varias". En fin. - (resignada)-
Por suerte como todo, el embarazo no es eterno, tan solo dura ocho meses y un siglo, o aquellas que lo experimentaron no están de acuerdo con migo, que el último mes dura un siglo, y a parir se ha dicho.
- (Gritando insoportablemente)- ¡¡¡¡¡SAQUENMÉ ESTO DE ADENTRO, NO AGUANTO MÁS EL DOLOR, QUIEN ME MANDÓ A MÍ A EMBARAZARME &*@#$$#@+=~~***&&@#$##@#$$%!!!!!!!!!
La que lo vivió no le hace falta explicaciones.
El médico, ese bendito criminal que no va a correr riesgos y nos corta para que no nos desgarremos, igual en medio de tanto griterío, dolor, etc. a quién le importa unos puntos por ahí abajo. La desgracia viene después, una vez que nos llenamos de amor, abrazamos a ese ser que no sabemos porque en el instante en que le miramos los ojos estamos completamente enamorados de él o ella (pobresita le tocó ser mujer). - (Agotada, como si realmente recién hubiera parido)- Es luego de ese momento que descubrimos qué es la episiotomía, lo que tiran los puntos, cuanto arde si tenemos que hacer pi pi, claro que no olvidemos el estirón; por un agujerito de unos pocos centímetros salió una cabeza baya a saber con que gigantesco diámetro.
- (Increchendo)- Las más cancheras, que no son primerizas y cayeron en la trampa por segunda vez, lo que no imaginan, es que existe algo llamado entuerto, AAAHHHHHIIII, como duelen cuando el bebé se prende a la teta sumado a los gases que empujan desde adentro, más las hemorroides por el esfuerzo, más el pánico que nos causa la idea de hacer algo tan simple como caca, el dolor que nos queda en la espalda por la pinchadura de la peridural, socooooorrrrro quien miércoles nos mandó a ser mujer.
Viene la parte linda, - (casi susurrando)- esa donde mami se conecta con el bebito mientras le da la teta, que amor sentimos cuando lo acercamos, y que delicia cuando se prende, - (gritos horrorizados)- mentira como podemos sentir amor en ese preciso instante en donde la bestia se va a prender a nuestra teta y ya sabemos que nos va a producir los entuertos insoportables. Inmediatamente se nos inflan los pechos como dos globos aerostático no solo por el tamaño si no también por la temperatura, no olvidar que junto con la bajada de la leche nos agarra fiebre, luego las turgencias dolorosas y la leche que se atasca y hay que sacársela sí o sí porque puede producir mastitis. - (Pausa)- Y cual es la forma, ordeñarnos cual vacas, en mucho no diferimos, ya que aún tenemos panza de embarazadas sin llevar a nadie alojado adentro, a la altura del pecho tenemos ubres, o un bar lácteo, y doscientos kilos de más que nos quedaron. Solo nos falta mugir.
-(Resignada)- Y bueno mejor que exprimirnos y ponernos compresas de agua caliente para ayudar a la leche a salir es que nuestro bebito se la coma, y de tanto insistir, los pezones se agrietan, sangran, duelen, y otra vez las lágrimas cada vez que ese tiene hambre.
Ya nos duelen los omóplatos del sobre peso de las mamas, el cuello por la posición para dar de mamar y la vida por no dormir, no comer, no ir al baño no respirar, no peinarnos...
No importa es maravilloso ser mujer, cobrar menos por el mismo trabajo que los hombres, que nos acusen de no hacer nada porque somos - (muy irónica)- simplemente amas de casa, já simplemente, la sencillez de parir y ser madres, total como todas luego de un tiempo prudencial, nos agarra amnesia y reincidimos, si no ninguna tendría más de un hijo.
¿Les hablé de la celulitis y cómo nos queda el cuerpo despues del parto?
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1 comentario:

  1. pq nadie comenta estos escritos tan interesantes ??
    pueden gustar o no, pero no pasan desapercibidos

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